La entrevista / the interview
La esperanza de empezar a trabajar en el mundo del diseño gráfico / The hope of starting to work in the world of graphic design.
Versión en español
¡Hoy por fin me llamaron! Tengo una entrevista de trabajo. Luego de pasarle a todos los lugares posibles mi hoja de vida con mis mejores trabajos realizados, hoy por fin podré iniciar, al menos por ahora…
Volví a repasar todas las posibles preguntas de la entrevista:
¿Cuál es tu mayor defecto?
¿Cómo te ves en cinco años?
¿Cuál es tu mayor virtud?, etc.
Estaba listo, ya solo debía presentarme en el lugar de la entrevista antes de las 9:00 a.m. Para mi fortuna, en mi ciudad luego de las ocho de la mañana el tráfico disminuye considerablemente y las principales avenidas no suelen estar tancongestionadas.
Me di el lujo de pagar un servicio de taxi, digo, hay que tener la seguridad de llegar con buen tiempo y así lograr que ese trabajo sea mío.
Tomé el taxi y efectivamente, las avenidas estaban solitarias, el trayecto fue bastante agradable, el conductor del taxi habló realmente poco e incluso me permitió escoger la estación de radio; así que mi viaje estuvo ambientado por una estación muy popular de salsa.
Pasados unos veinte minutos, llegué a mi destino: un edificio de estilo moderno de uno quince pisos aproximadamente, donde primaban los grandes ventanales. Pagué la carrera y subí hasta el piso doce, lugar donde me recibirían para la entrevista.
Llegado al punto de encuentro, una joven muy amable me sugirió tomar asiento frente a otro joven aparentemente de mi edad, pero con un perfil diferente.
Al ser diseñador, se suelen tener ciertos parámetros de vestimenta. Fui lo más elegante que pude, solo que no suelo usar corbata y mi chaqueta era de un color beige, mientras que mi posible rival estaba vestido con un típico traje de oficina color negro y una corbata azul.
Lo saludé por cortesía y le pregunté si venía por la vacante de diseñador gráfico júnior. Él,muy amablemente, me devolvió el saludo y me dijo que venía por el puesto de desarrollador web júnior. Sentí un alivio interno, pues deseo muchísimo este trabajo paraasí empezar a tener mucha más independencia.
Hablamos de temas banales, que afortunadamente por nuestra edad eran muy compatibles.
Luego de unos diez minutos, el chico que aspiraba al puesto de desarrollador fue llamado a una de las dos puertas que teníamos en frente, y con un “buena suerte” nos despedimos.
Seguido a esto, fui llamado a la puerta contigua. La oficina era bastante convencional, para serles sincero. La empresa en la que aspiro ingresar a trabajar es una startup dedicada a los videojuegos y buscan a alguien que ayude a crear personajes, así que imaginaba algo mucho más colorido, pero esta oficina daba más la sensación de consultorio médico que de un lugar creativo.
“Buenos días joven, bienvenido a la empresa. Como verá, estamos buscando un diseñador de personajes júnior y usted encaja en este perfil. Queremos hacerle unas pocas preguntas para saber si es apto”, me
explicó una joven de treinta y pico años, con gafas rojas y una personalidad que denotaba la falta de sueño reparador en su vida.
“Bueno, la primera y única pregunta es: ¿cómo es su método creativo?”, continuó.
Me sentí tan aliviado por la pregunta, porque realmente pensé que harían algún tipo de cuestionamientos más capciosos. Le expliqué cómo era mi proceso creativo: buscar referencias, analizar el entorno, hacer el brief y todo lo que conlleva realizar un trabajo acorde con las necesidades del cliente.
La joven entrevistadora me levantó una ceja y bastante sorprendida, me dijo: “¿Y por qué no usas mucho más la inteligencia artificial? Puedes crear lo que sea sin matarte tanto, e igual se verá bonito”.
Le expliqué que por el momento solo la usaba como referencia, pues aún existen ciertas limitaciones y siempre debemos añadir algunos detalles personales para darle mayor calidad. También le indiqué que de manera personal consideraba que para crear imágenes rápidamente se necesita un contexto, pues el diseño no se basa solo en crear imágenes bonitas, allí reside el valor del diseñador, en la conexión imagen-funcionalidad.
Debo reconocer que me sentí orgulloso de mi respuesta y esperaba algo de aprobación, pero al parecer, mi réplica no la convenció. A partir de ese instante, la entrevista se volcó hacia simples preguntas rutinarias.
Respondí a todas y cada una de ellas lo mejor que pude, y con un frío “lo estaremos llamando”, se terminó mi entrevista. Me despedí cortésmente y salí aguantando la tristeza y decepción en mi cara.
A la salida del edificio me encontré con el joven aspirante a desarrollador web, quien tenía una actitud similar a la mía; lo invité a un café y fuimos a hablar sobre nuestra reciente experiencia.
Él me contaba que al parecer a los reclutadores no les había gustado que no usara inteligencia artificial solamente, por lo que el componente humano no era del interés de la compañía.
Le comenté que me había pasado exactamente lo mismo, que el usar inteligencia artificial como referencia no les había gustado tanto. Luego del café, nos despedimos deseándonos suerte en la búsqueda de empleo.
Mi vida continuó con regularidad: levantándome temprano y pasando hojas de vida en diferentes portales web. Pero, luego de semana y media, un correo me alegraría el día… Era de la empresa de videojuegos en donde me había presentado con anterioridad:
“Querido Carlos.
Queremos comunicarle que hemos decidido continuar con su proceso de admisión en la empresa. En un análisis mensual de resultados con clientes, nos hemos dado cuenta de que el valor humano es necesario, y creemos que su perfil se adapta a lo que buscamos: alguien que maneje las nuevas tecnologías y las mezcle con el componente humano. Quedamos atentos a su respuesta.
Posdata: tenía usted razón, el tener toda la posibilidad de crear algo desde cero requiere también tener buen gusto. Al final no queremos vivir en un mundo donde los humanos tengan trabajos duros y no tengan oportunidades, mientras los robots se dedican a pintar.
Lo esperamos pronto”.
English version
Today they finally called me! I have a job interview. After submitting my resume to all possible places with my best work experiences, today I will finally be able to start, at least for now…
I reviewed all possible interview questions:
- What is your biggest weakness?
- Where do you see yourself in five years?
- What is your greatest strength?, etc.
I was ready; I just had to show up at the interview location before 9:00 a.m. Fortunately, in my city, after 8:00 in the morning, traffic decreases considerably, and the main avenues are not usually so congested.
I treated myself to a taxi service, saying, you have to make sure to arrive on time and secure that job.
I took the taxi, and indeed, the avenues were deserted; the journey was quite pleasant. The taxi driver spoke very little and even let me choose the radio station; so, my trip was accompanied by a very popular salsa station.
After about twenty minutes, I arrived at my destination: a modern-style building of about fifteen floors, dominated by large windows. I paid the fare and went up to the twelfth floor, where I would be received for the interview.
Arriving at the meeting point, a very friendly young woman suggested I take a seat in front of another young man apparently my age but with a different profile.
Being a designer, certain dress code parameters are usually followed. I dressed as elegantly as I could, just that I don’t usually wear a tie, and my jacket was beige, while my possible rival was dressed in a typical black office suit and a blue tie.
I greeted him politely and asked if he was applying for the junior graphic designer position. He, very kindly, returned the greeting and told me he was applying for the junior web developer position. I felt internal relief because I really want this job to gain much more independence.
We talked about trivial topics, which fortunately, due to our age, were very compatible.
After about ten minutes, the guy applying for the developer position was called to one of the two doors in front of us, and with a “good luck,” we said goodbye.
Following this, I was called to the adjacent door. To be honest, the office was quite conventional. The company I aspire to work for is a startup dedicated to video games, and they are looking for someone to help create characters, so I imagined something much more colorful, but this office gave more the feeling of a doctor’s office than a creative space.
“Good morning, young man, welcome to the company. As you can see, we are looking for a junior character designer, and you fit this profile. We want to ask you a few questions to see if you are suitable,” explained a woman in her thirties, with red glasses and a personality that indicated a lack of restful sleep in her life.
“Well, the first and only question is: what is your creative method?” she continued.
I felt so relieved by the question because I really thought they would ask some more tricky questions. I explained my creative process: searching for references, analyzing the environment, creating the brief, and everything that involves doing a job according to the client’s needs.
The young interviewer raised an eyebrow and, quite surprised, said, “And why don’t you use artificial intelligence much more? You can create anything without working so hard, and it will still look nice.”
I explained that, for now, I only used it as a reference because there are still certain limitations, and we always have to add some personal details to give it greater quality. I also pointed out that personally, I considered that to create images quickly, a context is needed because design is not just about creating beautiful images; the value of the designer lies in the connection between image and functionality.
I must admit that I felt proud of my answer, and I expected some approval, but apparently, my response didn’t convince her. From that moment on, the interview turned to simple routine questions.
I answered each and every one of them as best as I could, and with a cold “we will be calling you,” my interview ended. I said goodbye politely and left, holding back the sadness and disappointment on my face.
At the exit of the building, I met the young web developer aspirant, who had a similar attitude to mine; I invited him for a coffee, and we went to talk about our recent experience.
He told me that apparently, recruiters didn’t like that he didn’t use artificial intelligence only, so the human component was not of interest to the company.
I told him that the same thing had happened to me, that using artificial intelligence as a reference hadn’t been liked so much. After coffee, we said goodbye, wishing each other luck in the job search.
My life continued regularly: getting up early and submitting resumes on different job portals. But after a week and a half, an email would brighten my day… It was from the video game company where I had previously applied:
“Dear Carlos,
We want to inform you that we have decided to continue with your admission process in the company. In a monthly analysis of results with clients, we have realized that human value is necessary, and we believe that your profile fits what we are looking for: someone who handles new technologies and blends them with the human component. We look forward to your response.
Postscript: you were right, having the ability to create something from scratch also requires good taste. In the end, we don’t want to live in a world where humans have hard jobs and no opportunities, while robots paint.
We hope to see you soon.”